En medio de la adrenalina que fluye de cuerpos eufóricos que saltan al son de tambores y cantos nacidos en las tribunas sur y norte del estadio; suena el pito y se abre un nuevo espectáculo futbolístico, filtrándose también la posibilidad de enfrentamientos violentos entre los portadores de las diferentes camisetas..
Entre el deporte y la violencia
El deporte futbolístico en nuestro país es una de las actividades que reúne miles de aficionados. Entre ellos los que pertenecen a las "barras bravas", encargadas de darle ese toque de emoción al espectáculo, animando a su equipo del alma; las mismas barras que se han desviado de su objetivo principal, convirtiéndose en bombas de tiempo a punto de estallar.
De la pasión a la agresión
En muchos rincones de los estadios, los 90 minutos se acompañan con droga y alcohol, de amigos si tienen la camiseta del mismo color y de enemigos fijos si no.
En el momento de una pelea, no miran ni miden las consecuencias, se trasforman y la ira los invade. Con tal de demostrar que su equipo es el mejor, son capaces de cualquier cosa.
Entre el deporte y la violencia
El deporte futbolístico en nuestro país es una de las actividades que reúne miles de aficionados. Entre ellos los que pertenecen a las "barras bravas", encargadas de darle ese toque de emoción al espectáculo, animando a su equipo del alma; las mismas barras que se han desviado de su objetivo principal, convirtiéndose en bombas de tiempo a punto de estallar.
De la pasión a la agresión
En muchos rincones de los estadios, los 90 minutos se acompañan con droga y alcohol, de amigos si tienen la camiseta del mismo color y de enemigos fijos si no.
En el momento de una pelea, no miran ni miden las consecuencias, se trasforman y la ira los invade. Con tal de demostrar que su equipo es el mejor, son capaces de cualquier cosa.
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